Se siente frío

Por Alejandro Rothamel.

Se siente frío.
Tus manos tiemblan bajo mi abrigo oscuro. Pero no es la lluvia de invierno lo que te perturba: es la escarcha de un frío más intenso, más lóbrego.

Sentís frío.
Mientras caminamos veo tus ojos glaciales clavados en la penumbra, en la vereda de enfrente.
Buscabas algo: quizá el manto indigno de lo invisible. Buscabas desaparecer con tus fotografías, desaparecer de la vida de los otros, deshilar tu vida.
Tenías vergüenza.
Querías esconderte de vos misma, de tu pasado infame, de tu antigua búsqueda estéril de una vida más honesta; buscabas en la miasma —en tu pasado de prostituta— algo que te haya aferrado a la realidad. Una voz amigable en aquel bullicio de insultos y de halagos falsos.
Me buscabas a mí.
Seguimos caminando y antes de cruzar Callao, levantaste tus ojos de hielo y me sonreíste. Empezaste a llorar, y sabía que debía callar hasta llegar a tu casa.
Cuando llegamos, tus ojos ya secos, te besé la frente y nos saludamos:

-Nos vemos mañana.

-Que descanses, mi amor.

Nunca más volví a verla.
Alejandro Rothamel
Estudiante de Derecho
22 años