por Alejandro Salustiano Alvarado.
Hereux qui, comme Ulysse, a fait un beau voyage.
Ou comme celui-là qui conquit la toison,
et puis est retourné, plein d’usage et raison,
vivre entre ses parents le reste de son age.
Joachim du Bellay[1].
De Santiago Legarre conocía, hasta hace unos días, parte de su CV profesional, más relacionado con el mundo del derecho, a la producción académica y al taller de escritura que dicta en la UCA para sus alumnos. También como investigador del CONICET y juez; lo que se dice comúnmente, lo conocía de nombre, al trabajar yo en una biblioteca universitaria. Curiosamente, o no, hace unos meses en la biblioteca de la casa de un amigo (una rareza hoy en día que las casas nuevas dejen un espacio para los libros… A esa biblioteca fueron a parar muchos de mis libros), decía que en la biblioteca de mi amigo (que también es abogado) encontré el libro El safari de la vida que me llamó la atención por su título y me sorprendió leer el nombre del autor: Santiago Legarre. Lo tomé y leí parte del capítulo: “Ser viajero” en el que explicaba cómo su actividad académica lo hizo viajar por el mundo, me pareció muy revelador de este autor. Devolví el libro al estante y volví con mi amigo que me esperaba para comer. Y hace unas semanas atrás, me llamó Eduardo Posse Cuezzo para preguntarme si quería presentar este libro de Santiago Legarre. ¡Claro!, le respondí. Vi en esa propuesta una cosa providencial, un imprevisto de Dios…diría el Cardenal Suenens (temas los de los imprevistos y las sorpresas muy presente en este libro) y también vi un desafío: conocer al otro Santiago (o ¿al mismo?, preguntaría Borges): al Santiago escritor en vivo y en directo.
El texto que presentamos hoy es el tercero que el autor dedica a África, con especial hincapié en la región centro-este, en el territorio de la república de Kenia. La estructura es la clásica de un relato de viaje, por lo que enlaza con la gran tradición literaria presente desde la antigüedad. Siguiendo al profesor Friedrich Wolfzettel de la Universidad de Frankfurt (Romero Tobar y Almarcegui Elduayen, 2005, p. 11) y desde la Teoría de narratología no sólo es un documento ideológico, social, simbólico o estético, sino una obra con características propias: línea fronteriza entre la ficción y la no ficción. El relato de viaje ha sido interpretado a lo largo del tiempo como episteme humanista, como un género perteneciente a la historia -como descripción de una experiencia-, moldeada dentro de la perspectiva autobiográfica, que ha ganado en importancia desde la epistemología del romanticismo. El yo está en el centro del relato de la experiencia viatica.
Son textos con descripciones geográficas, datos históricos; pero sobre todo con un anecdotario que revela aspectos sociológicos del grupo y de los individuos con los que el autor trata a lo largo del texto, como una crónica de un gran viaje humano personal que con gran maestría se transforma en un viaje en el que todos participamos.
Brevemente enumero las características formales del texto: narración en primera persona (narrador testigo), una narración subjetiva en la que el autor describe lo que ha visto, experimentado y reflexionado en sus desplazamientos. La descripción minuciosa de lugares, personas, costumbres y culturas es una característica esencial. El cronista no solo relata hechos, sino que ofrece interpretaciones personales. Las crónicas de viaje pueden combinar descripciones geográficas, narrativas históricas, ensayos filosóficos o reflexiones personales, lo que las convierte en un género híbrido. En sus orígenes, las crónicas de viaje pretendían informar sobre territorios desconocidos, además de educar a los lectores sobre otras culturas y geografías. Reflejan la mentalidad de la época, las expectativas del viajero y la percepción de «lo exótico» desde la mirada europea occidental. En muchos momentos de este relato se incluyen elementos de aventura, exploración y descubrimiento, enfatizando el carácter de lo desconocido. El viajero suele comparar las costumbres extranjeras con las propias, estableciendo un diálogo entre culturas y un encuentro con el Otro.
¿Cómo se presenta, desarrolla y funciona este relato de viaje en el nuevo libro de Legarre? Se presenta por capítulos que tienen títulos y cuyos títulos son una pareja de nombres: él y ella o ella y él. Estos nombres propios remiten a historias individuales que se entrecruzan, y que tienen un punto de encuentro: “Santiago”. Estos nombres funcionan como “personajes” que son los protagonistas de los hechos que narra el autor. Cada uno de ellos presenta tópicos y temas sobre los que, a veces, sólo se ilumina una situación (existencial social, política, histórica) sin demasiada intervención por parte del narrador ni en contarnos cómo sigue la historia, ni en dar ninguna opinión. Por el contrario, en otros momentos del relato, sí reflexiona sobre algún hecho, alguna situación, comenta y hace juicios de valores. En otros capítulos emerge el humor, la ironía, muy porteño e inglés ese humor: que es casi una filosofía de vida frente los imprevistos o “sorpresas”, como dice muchas veces el autor, en los itinerarios que de pronto deben cambiarse o ajustarse a condiciones inesperadas.
A la vez, vamos conociendo facetas del autor: hombre a caballo entre los siglos XX y XXI, creyente, abogado, profesor, escritor, observador, conciliador, curioso, gran conocedor de la geografía africana, amante de los animales, de los safaris y empático. La ironía que maneja Santiago, pienso, debe estar muy en consonancia con el hecho de ser argentino-porteño y vinculado tempranamente al viaje: por placer, por trabajo o por los dos motivos. Explica un poco su ser viajero y esa dimensión trinitaria o tridimensional de ser argentino (vinculado al hogar), estadounidense (vinculado al intercambio y al inglés) y keniano (vinculado al deseo infantil de conocer África) que él menciona en El safari de la vida.
Una crónica de viaje: intercultural, intertextual, ecuménica e híbrida. Un elemento curioso, desconcertante pero que hace a la diferencia es la presencia de la vida espiritual en este relato. Lo que a mí como lector me atrajo es descubrir que el autor revela su práctica diaria de vida espiritual con asistencia a la misa o la práctica devocional, etc. (rezar, regalar un rosario, etc.).
Hoy otorgaron el Premio Nobel de Literatura a la poeta y escritora surcoreana Hang Kang, de 53 años, quien declaró hace un tiempo: “Cada vez que nos mudábamos y tenía que cambiarme de escuela, leía mucho en casa hasta que hacía nuevos amigos. Los libros fueron como una especie de protección y refugio ante esos frecuentes cambios de ambiente. Gracias a los libros, a la lectura, no me sentí tan mal, no me sentí sola. Pasó el tiempo y esas lecturas continuaron a través de la escritura de una manera muy natural” (La Nación, 10 de octubre de 2024). En el relato de viaje de Santiago Legarre la literatura también aparece como posibilidad de traslado, de movimiento. Así mismo, el otro también se representa en el texto como un libro para el autor; como así también, la Creación misma es percibida como el libro escrito por Dios, según la idea de San Buenaventura Participando de este característica “creadora” de lo divino el autor, como buen profesor que saca lo mejor de su alumno, a través del diálogo o el dibujo, en el texto saca lo mejor tanto del lector al eliminar el miedo del encuentro con lo Otro, con el otro y consigo mismo, practicando la aceptación de lo que es sin ningún adorno. Esto posibilita al lector no sólo conocer o reconocer geografías sino, sobre todo, ensanchar el corazón ante lo distinto que siempre nos devuelve algo de nosotros mismos con lo que también nos identificamos.
Alejandro Salustiano Alvarado
Profesor de Lengua española
aalvarado@unsta.edu.ar
N. del E.: Esta presentación fue realizada en la Alianza Francesa de Tucumán, la tarde del 10 de octubre de 2024. Alejandro Salustiano Alvarado es Profesor de Lengua española, Licenciado en Letras, Coordinador de Bibliotecas de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA). Investigador del Instituto de Investigaciones Históricas “Prof. Manuel García Soriano” de la misma universidad. Poeta y creador de los “Retiror Literarios de Villa Nouguès”, Tucumán.
Referencias bibliográficas
Wolfzettel, Friedrich (2005). Relato de viaje y estructura mítica en Romero Tobas, Leonardo y Almarcegui Elduayen, Patricia, (coords.), Los libros de viaje: realidad vivida y género literario. (pp.11-47). Universidad Internacional de Andalucía.
[1] Feliz quien, como Ulises, ha hecho un hermoso viaje, / O como el que conquistó el vellón, / Y luego regresó, lleno de utilidad y razón, / ¡Vivir entre tus padres por el resto de tu edad!
