Películas musicales de alguien no musical

Por Agustín Eugenio Acuña.

¡Cuántas contradicciones en este título! ¿No? Sin embargo, es real. Soy de aquella rara especie de seres humanos que no escucha música. Insólitamente, mi esposa es de la especie contraria: aquellos que no pueden vivir sin música. Nuestros hijos, creo que han sido colonizados por su frenética actividad y mi cómoda pasividad. En fin, como sea, de vez en cuando me pongo a pensar en que mi escasa formación o mi desinterés por lo musical no se extiende a las películas musicales. Y, por musicales, quiero decir relacionadas con la música de alguna extraña manera. No musicales al estilo Moulin Rouge (2001) o Les Misérables (2012). A decir verdad, creo que ninguno de los musicales me gustó, aunque me encantaría ver Hamilton, pero bueno, ya no estaríamos hablando de películas, sino de un musical hecho y derecho que además es un exitazo (1). 

En fin, no doy más vueltas. Van diez películas que arbitrariamente clasifiqué como “musicales” y que con igual arbitrariedad (¿o por una pulsión interna al orden?) desarrollo en orden cronológico de creación.

  1. Amadeus (1984)

    Aunque no lo crean, vi esta película muchísimos años después de su estreno. Mi esposa siempre me decía que ella la había visto en el secundario: la historia de uno de los más grandes músicos de todos los tiempos, Wolfgang Amadeus Mozart. La terminé viendo solo y entendí, en mi limitada expresión, muchas cosas. En primer lugar, la frase “somos los Salieri de…” como explicación de que siempre estamos por detrás del fuera de serie. En segundo lugar, el capítulo de The Simpson donde Bart interpreta a Mozart. En tercer lugar, que todos los premios que obtuvo estaban bien ganados, pues es una maravilla, aunque tenga mucho de imaginación y poco de realidad, según los que saben. Un hecho inusual de esta película es que los dos actores que protagonizaron a Mozart y a Salieri, Tom Hulce y F. Murray Abraham terminarían nominados a mejor actor en los Óscar. Contrariamente a la historia, ganaría el segundo. 

    1. La legenda del pianista sull’oceano (1998)

    No tengo idea cómo llegué a ver esta película, que protagoniza Tim Roth, el de la exitosa serie Lie to Me. Imagine un niño abandonado en un transatlántico que nunca pisó tierra y que es un pianista sensacional. Ese es Novecento. Un talento sin igual, que pasa años compartiendo sus habilidades con pasajeros que viajan rodeados de lujo. Para mí, la escena en la cual protagoniza un duelo con Ferdinand «Jelly Roll» Morton, “el creador del jazz”, sin espadas ni pistolas, sino con pianos, con música, acordes y demás, es de las mejores que he visto. Advierto: es una película triste que esquiva el final feliz.

    1. Drumline (2002)

    Estados Unidos tiene competencias de todo y no solo de deportes. Es icónica la película en la que se cuentan las competencias de las animadoras/porristas, Bring It On (2000) con Kirsten Dunst y Eliza Dushku. Esta película, de Disney, se centra en la historia de las competencias de las bandas musicales que desarrollan su potencial en los espectáculos de medio tiempo de los partidos de fútbol americano, el verdadero plato principal. La historia, no por típica, deja de ser atrayente: el talentoso indisciplinado que cree que es demasiado bueno para los demás, frente al soldado obediente que nunca se aparta de las reglas y, obvio, el director de orquesta sometido a presiones por ganar a toda costa. Las reglas, el talento, romperlas, la amistad, la admiración, la humildad para crecer, en fin… Es la misma historia de siempre, solo que no deja de ser hermosa. Escena memorable es cuando el Dr. Lee le dice a Sean Taylor por qué lo eligió como líder de los tambores: “Porque amas más el sonido de la línea que el de tu tambor”.

    1. Ray (2004)

    Otra película maravillosa que me recomendó mi mamá: la vida del pianista, compositor y cantante Ray Charles Robinson, un genio que eliminó su Robinson porque ya era ocupado por el famoso boxeador Sugar Ray Robinson. ¿Qué decir de esta película? Me quedo con el desparpajo y la actitud de Charles, tanto para subir a un autobús como para lidiar con el pago en billetes siendo ciego, para hacerse respetar cada vez que alguien quería aprovecharse de él. Y, por supuesto, la película no esquiva el tema de las adicciones, tan pegado, siempre, al mundo de la música.

    1. Walk the Line (2005)

    Otra película que más que música tiene una historia de amor. La historia de Johnny Cash (Joaquin Phoenix) y June Carter (Reese Witherspoon), ambos cantantes exitosos. Por supuesto, no es una convencional historia de amor. Hay giras, excesos, drogas, una prisión, divorcios y demás, pero termina bien. Todo ambientado entre los cuarenta y los sesenta. Hasta verla, no tenía idea que Cash y Carter habían sido músicos. Y escribiendo esto me entero de que Reese Witherspoon ganó el premio Óscar a mejor actriz. Bien merecido.

    1. Music and Lyrics (2007)

    ¿En serio una comedia romántica de Hugh Grant y Drew Barrymore está en esta lista? Sí, no veo el problema, pues amo las comedias románticas. Lo interesante de esta es que me abrió una puerta al mágico proceso de componer una canción. Así descubrí que uno puede ser bueno en la música, como lo es el personaje de Grant, pero malísimo con las letras. Por eso, la “chica que riega las plantas”, el personaje de Barrymore, lo complementa con su habilidad para el desarrollo de las letras. La película tiene también todo un trasfondo: el cómo sobrellevar el declive artístico, las pinceladas sobre la burbuja en la que se encuentran los artistas de moda y la relación entre artistas y representantes. Si quiere pasarla bien y le gustan las comedias románticas, véala.

    1. Whiplash (2014)

    ¿Es duro el ambiente de la música? ¿Es competitivo? Si tiene alguna duda, vea esta película. A mi mamá le impresionó profundamente cómo su protagonista, Andrew Neiman, pone todo de sí para triunfar como baterista de una orquesta dirigida por el tirano de Terence Fletcher. “Ante tantos chicos en la pavada, el muchacho se juega todo por lo que quiere” fueron las palabras de mi madre que me quedaron resonando. Obvio, la película tiene mucho de tortura psicológica, de violencia, de bullying y de burnout. La relación padre-hijo o, debería decir, su inexistencia e incluso los renunciamientos a los que estamos dispuestos a hacer en pos de nuestras carreras, también tienen lugar. Por si fuera poco, el final, según los que saben, es abierto. 

    1. Bohemian Rhapsody (2018)

    Esta película, que nos cuenta la vida de Freddie Mercury, el líder de Queen, fue una de las que más disfruté y por varias razones. Una, la vi con mi esposa y por iniciativa propia. Dos, descubrí que conocía muchísimas canciones de la banda británica que no tenía idea que eran de su autoría. Tres, aprendí muchísimas cosas: no sabía del origen africano de Mercury, no tenía idea de su nombre original (Farrokh Bulsara) y mucho menos tenía idea que pasó de ser un fan de su banda favorita a cantante y líder principal. No sé de música, pero reconozco la habilidad y talento en cualquier área al punto de admirarlos. Sin duda alguna, todos los integrantes de Queen se ganaron un lugar en mi corazón luego de un magnífico paseo por la cantidad de canciones que compusieron y que lograron el éxito. 

    1. De Dirigent (2018)

    Esta película está en Netflix como Antonia, una sinfonía pero no es hollywoodense, sino holandesa. Nos cuenta la historia de Antonia Louisa Brico, una mujer a la que se le ocurrió la loca idea de ser directora de orquesta en los locos años veinte. ¿Una locura? Definitivamente, según lo pinta la película. A Brico todo le costó mucho más que a sus colegas. Muchos músicos se negaron a ser dirigidos por una mujer. Sí, la película está basada en hechos reales, aunque tiene sus licencias, según lo que pude averiguar luego. De todos modos, si le gusta la música clásica, la historia y ama (como yo) a esos personajes obstinados que tienen todo en contra pero que son capaces de llevarse el mar, el viento y las mareas por delante, véala. Es un justo homenaje y un rescate del olvido a una música exitosísima y pionera en su campo.

    1. The Greatest Night in Pop (2024)

    ¿Se puede juntar cuarenta megaestrellas de la música para grabar una canción a beneficio de África en tan solo una noche? Este documental nos cuenta cómo se hizo la conocidísima canción We Are The World en 1985. Liderados por Lionel Ritchie y Michael Jackson, un grupo de artistas tan variado como Bruce Springsteen, Ray Charles, Cindy Lauper, Stevie Wonder, Brett Midler (la bruja principal de Hopus Pocus), Dan Aykroyd (uno de The Ghostbusters), Bob Dylan y otros cuyos nombres no me quedaron en el recuerdo, pero seguro que los amantes de la música los ubican. El pequeño detalle: Quincy Jones tuvo a su cargo dirigirlos. Colgó en la entrada del estudio de grabación un cartel que deberíamos imitar cada vez que juntamos a un grupo de talentosos para hacer una tarea: “Dejen los egos en la puerta”. 


    (1) Si no tiene idea de lo que estoy hablando, Wikipedia viene en su ayuda: https://es.wikipedia.org/wiki/Hamilton_(musical)