Por Santiago Caraballo.
Tu fotografía en blanco y negro con el hermoso color de tu sonrisa —esa mirada dispersa junto a la palabra precisa—. Tu vestimenta adecuada a cada ocasión y la capacidad de hacer girar a quien en tu camino se encuentre para oler tus pasos, para desear tu cuerpo antes que desaparezcas. Ese apetito insatisfecho causado por tu géminis, simplemente por tu índole incontrolable de mantener el orden en la sutileza del caos.
Tu cuerpo húmedo, desnudo, codiciado por todo el universo —tu cuerpo rendido en mis manos—. La suave melodía de tus movimientos al compás de la música, tu cabello suelto en el pentagrama de la brisa matutina.
¡Mi amor! Necesito de tu alquimia, necesito del calor de tu cuerpo para sentir el placer una vez más.
Santiago Caraballo (18)
Estudiante de Medicina