La cautiva

Por Soledad D’Agostino.

El mundo con vos es tan chico
que apenas dos almas lo completan.
Siete letras, tu mito, sellan toda mi meta.
Y aunque fueran miles los trayectos
el que tus juicios marquen seguiría.
Pienso tus palabras, se apocan mis letras.
Y ceñidas se vuelven las esquinas,
de esta ciudad que nos encuadra,
se arrasan las manzanas y sus casas,
se abrevian las calles en risas, en auras.
Entonces toda fuente, vereda y plaza,
se entrevera si me dedicas tus pasos.
Si en mis ojos eternos te ensañas,
con esas pupilas tuyas, mías, tuyas,
volvés fácil mi risa, apocás mis mañas.
Porque poco es el tiempo que importa,
pocos mis pesares, en tus brazos se agotan.
Pocos los días, tus huellas los gestan,
pocas mis llaves para tantas tus puertas.
Y en el desboque de este truco,
en el envite ineludible de tu embrujo,
caigo mil veces herida, entera cautiva.
Muchas tus tácticas, y ciega mi estrategia,
nula es, y será, mi resistencia.

Soledad D’Agostino (21)
Estudiante de Comunicación Social
soledagostino@fibertel.com.ar