Por Daniel Gamarra.
Los colores del otoño
esperan mi regreso
hasta una primavera nueva
como la pasión de un beso.
Y yo espero un cielo
como un mañana
que en el movimiento del hoy
nunca abandoné.
Suerte temprana de mi sueño,
morir al enjambre de noches
sin descanso. Y así me voy
por los ríos otoñales
hasta el agua salobre del mar,
a buscar el reposo del alma
y sanar mis heridas
que a tu lado no son.
Daniel Gamarra (50 años)
Sacerdote
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