El nido vacío

Por Santiago D’Eramo.

Es la mohína sospecha a encierro, el tenaz escalofrío
de la ya solemne puerta al cuarto vacío.
Es el eco de los propios pasos, la hueca melodía
de los pasillos que retumban la agonía.

Es alojarse en el recuerdo vivo, de un tiempo sobre todo ambiguo
tan remotamente ansiado y tan secretamente aborrecido.
Es la vuelta al noviazgo interrumpido, a aquel amor dormido
tan lleno de memorias y tan lleno de olvido.

Ingratas, las genealogías ignoran
el desgarro que los padres a escondidas lloran.
Así dicen las páginas de quien nos ha escrito.
El reverso de quienes han quedado,
el anverso de quienes han partido.

 

Santiago D’Eramo (29)
Abogado
santideramo@hotmail.com