“Antes de pedir el éxito de la carrera, hay que pedir el éxito de la vida”

Gonzalo Franzoni es una de las más significativas y trabajadoras promesas del jazz y el rock. Se empapó de conocimiento para luego compartirlo y cultivarlo junto a figuras que van desde Pedro Aznar hasta Domingo Cura, Cacho Tirao y Gerardo Gardellini. Hoy, lidera la banda “Franzo”, con flamante disco homónimo.

– Una vez, en una película, vi una escena que decía que los músicos tenemos una obligación para con la sociedad, que es transmitir la música, hacer música… ¿Por qué? Porque hay gente que no lo puede hacer, entonces es una obligación nuestra “convidar” esa música. En cierta forma, comparto esta idea.

Los dulces y delicados acordes tropicales de Caetano Veloso resuenan jovialmente en el ambiente, dando la nota emocional de esta entrevista: intimista, honesta y alegre. Con toda la calma del mundo, Gonzalo Franzoni se acomoda, mira a la cara de su interlocutor, escucha, realmente escucha, piensa, medita, habla, sueña, contagia. En el medio del vuelo, el olor de las empanadas caseras en un punto justo de cocción lo levanta de su asiento, pero jamás corta el libre fluir de su voz, ni la atenta recepción de sus oídos. Ofrece. Agradece. Disfruta, satisfecho, de su almuerzo a las cuatro de la tarde, no porque sus ojos recién ven la luz del día, sino porque su cuerpo y alma están trabajando desde el alba.

¿Qué es ser músico?

Ser músico, para mí, es ser libre, delicado, elegante, original, personal, único, aunque muchas de estas cosas se relacionan con los seres humanos en general…

¿Qué es el artista? ¿Dónde nace y qué lo hace único?

Creo que todas las personas del planeta son en algún sentido artistas. Todos tienen algo único. Yo no tengo una definición catedrática de “el artista”, pero me parece que es la persona que mediante su forma personal de expresión dice algo. Un tipo que hace un mueble de madera, un músico y un político, sin querer sonar a ironía, también es un artista. Hay que pensar bien cada ley, los pros, los contras, qué va a lograr, etc.: es una obra de arte también. Me parece que todos pueden elaborar algo y, con un sello personal, sacarlo al mundo.

Puede ser que el artista tenga una tendencia más sensible hacia las cosas o la realidad misma…

Todas las personas aportan su grano de arena como artistas. Y aquellos que nos dedicamos al arte propiamente dicho, en vez de un grano tenemos una playa o un médano. Todos poseen esa manera de expresión única porque todos son únicos y es inevitable. Ahora, algunos tenemos eso potenciado pero, por supuesto, la diferencia no es uno a tres. Es uno a un millón, y ahí está la brecha entre el artista que vive del arte y el tipo que tiene oculto un artista pero es almacenero.

Partiendo de eso, ¿qué puede ser considerada una obra de arte?

Es la expresión unipersonal y original de cada artista. Es un fruto de “el arte” que esa persona ejerce. En mi caso, mi árbol es la música, y mi obra de arte es el fruto de ese árbol, que es la composición, por ejemplo.

¿Qué es componer para un músico? ¿Lo hacen para entrar o para salir de sí?

Creo que se dan las dos cosas. Nunca lo pensé así, y está bueno. A veces vos tenés algo adentro que te está empujando porque quiere salir, y lo vomitaste sobre una hoja, sobre un pentagrama o sobre un instrumento. Y también hay veces en que no sabés bien qué te pasa y empezás a hacer algo que es como escarbar adentro tuyo, hay algo ahí que está tratando de salir. Componer para mí es un placer más que una necesidad. Pero también se parece a una necesidad porque es un placer que no puedo dejar de hacer.

¿Qué querés lograr con tu arte? ¿Qué querés decir o generar en el que te escucha?

Aunque puede sonar egoísta, lo hago por placer. Obviamente uno quiere que su música trascienda, está bueno que te digan: “Che, qué buen tema que compusiste, me encanta llegar a casa y poner tu disco”. Esas cosas me hacen sentir muy bien, pero igual no significa que lo haga para eso. Simplemente lo completa.

¿Cómo convive el artista, que está movido por pasiones, en un marco rígido, casi de mercado, que se rige por números, como es el caso de la industria discográfica?

Yo tengo una teoría que no la llevo a cabo: el artista, para trascender, tiene que dedicarse solamente al arte. En mi caso, sería estar todo el día tocando, ya sea en mi casa, en un subte, en un restaurante, en un megashow o lo que fuere. Lamentablemente, en este país, si yo hiciera eso no podría ni comer, porque eso implicaría no dar clases, no ser sesionista, no hacer arreglos para otros, etc. El músico argentino se tiene que preocupar por juntar un mango para poder ir abriendo entre la maleza su camino y encontrar lugares para mostrar lo que hace, cuando la proporción debería ser al revés. Yo no dejaría de dar clases, porque me divierte y me nutre, pero una cosa es que tu vida gire en torno a dar clases y otra cosa es que gire alrededor de tu parte artística, y aparte dar clases. Llega un momento en el que a algunos se les da y empiezan a mostrar su arte, pero no es el caso de la mayoría.

Hace un tiempo Spinetta decía que él prefería estar en una discográfica antes de ser “independiente” porque no quería tener que encargarse de los trámites, la parte contable, conseguir fechas… Él lo único que quiere es tocar. 

Es que no le corresponde al artista tener que estar ocupándose de esas cosas. Lo que pasa es que en la Argentina está mal visto ser músico, lo ven como “un vago que quiere tocar la guitarrita todo el día”. Pero la tarea del abogado son los juicios, y la tarea del músico es la música. Uno no puede estar haciendo diez llamados por día para generar una posible fecha, arreglar con el lugar, con el flete, etc. Es un manoseo para el músico y así termina perdiendo calidad en su expresión artística. Pero desafortunadamente es lo que hay que hacer. Este país no está armado para algo mejor.

Dentro de ese marco, ¿pensás que el músico es un eterno optimista?

No sé si optimista, pero sí creo que es un eterno “intentador”. Una persona que nunca se rinde. Se cae, se tropieza, está a punto de rendirse y vuelve a empezar, porque hay una fuerza interna que no podés frenar.

¿Cuál es la mayor virtud y la mayor falencia como persona del músico argentino?

La mayor virtud es que se adapta a muchísimos estilos y creo que es uno de los seres humanos que mejor podría desarrollar cualquiera de los estilos. Especializándose en uno, podría llegar a ser de lo mejor en el mundo. Ahora, como todos los argentinos, para sobrevivir nos tenemos que anotar en todas y ahí viene la falencia: nos anotamos en todas y no nos especializamos en ninguna.

¿Qué es el éxito entonces?

Éxito para mí es ser feliz y tener salud. Y, el día de mañana, tener una familia: ese es el mayor éxito que puedo pedir. Como profesor, es lograr que el alumno hable, a su manera, a través de su música, y que sea feliz expresándose de esa forma. Como músico, el éxito es ser masivo. Pero hay otras formas de éxito que a uno personalmente lo pueden saciar, más profundas.

Antes de pedir el éxito de la carrera, uno tiene que pedir el éxito de la vida, de lo mínimo: poder tener una familia y disfrutar con salud.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiere hacer de la música su vida?

Si lo sentís de adentro, tirate de cabeza aunque te deprimas o te golpees cien veces, porque vas a volver a salir. Intentalo y morite intentando.

http://www.gonzalofranzoni.com.ar

Martín Santoro (24)
Licenciado en Comunicación Social