Desarraigo

Por Santiago Caraballo.

Finalmente nos ha tocado partir. Orgullosos emprendemos la travesía que nos alejará de lo vivido, huyendo hacia otro lugar. Sin embargo cuando nos detenemos a pensar en lo que abandonamos el pasado nos tienta a regresar. Más nada nos turba aunque nuestro viaje está firmemente decidido, ya no hay vuelta atrás.

La oscuridad inunda la ruta y una afligida mirada contempla recuerdos que creíamos olvidados, un sentimiento que sería grado desterrar, un efecto del apego al sedentarismo. Excitando los pasos y recurriendo a excusas ambiguas, intentamos apaciguar la prisión de nuestra congoja.

Pensar que en cuestión de un largo rato ya no hay de que preocuparse, todo ha quedado a nuestras espaldas y de poco en poco lo vamos olvidando, los pensamientos y miedos se han ido… sólo nos quedamos con el polvo del viento.

Miramos al horizonte queriendo encontrar la satisfacción más con la misma inquietud: ¿volveremos a tener que ceder a nuestros sentimientos o podremos quedarnos en un lugar y enfrentar la situación?

Santiago Caraballo (18)
Estudiante de medicina
santiagocaraballo@gmail.com