Otro comentario sobre el recital de Dream Theater

Por Santiago Maqueda.

El lunes 3 de marzo de 2008, a las 21, Dream Theater tocó ante un Luna Park repleto las canciones de su nuevo álbum Systemathic Chaos. Los pormenores de ese recital –al que también asistí– han sido ya explicados en el comentario que antecede a éste. En él, Nacho Cofone concluía que en el recital hubo menos “emoción” que en la ocasión de diciembre de 2005 –8 mil personas al aire libre, en Obras–. No fui a él, pero sé cómo son y muchas personas que conozco me lo describieron con admiración que rozaba la idolatría. Y es que seguramente en tal caso hubo más “emoción”. ¿Pero por qué la hubo entonces, y por qué no la hubo en marzo de 2008?

Considero que cuando Dream Theater decidió promocionar un nuevo disco en un lugar cerrado, asumió el riesgo de causar menos “emoción”. Ese riesgo tuvo como factores, como puede adivinarse, tanto (i) el lugar como (ii) el contenido musical del show. El (i) lugar [Obras vs. Luna Park], porque a cualquier fan emociona enormemente más tener un cielo nublado como techo, apretado entre miles de personas agitadas que cantan a coro las canciones que la banda interpreta, antes que la tranquilidad de un teatro cerrado y con butacas. Y, por otro lado –y quizás sea éste el factor principal para la falta de “emoción”–, (ii) el contenido musical, pues en Obras se interpretó de comienzo a fin la genial Metropolis part 2: Scenes from a memory, un álbum trascendente de la banda que constituye una única obra, favorita entre sus fanáticos; en cambio, en Luna Park se promocionó Systemathic Chaos, un nuevo álbum de la banda con un sonido algo distinto del que tenían álbumes atrás. Digámoslo con otras palabras. En diciembre de 2005, Dream Theater fue a lo seguro: conmover a 8 mil personas interpretando una pieza maestra de su metal progresivo. En cambio, en marzo de 2008, los músicos decidieron arriesgar “emoción” a, quizás, promoción: tocar las canciones de su nuevo álbum.

Ésos fueron, a mi entender, los factores del riesgo –i. e., de causar menos “emoción” que en su recital anterior– asumido por Dream en el recital comentado. Sin embargo, no caben dudas de que, como pasa en una banda en la que sus miembros son artistas geniales, el desempeño general fue brillante, y de que la promoción del nuevo álbum Systemathic Chaos, más allá de las críticas que pueda hacérsele en cuanto a que no sea el sonido de sus álbumes anteriores, fue exitosa.

Y, lo más importante, hizo gozar al público –en el que me incluyo– de más de 2 horas de gran y poderoso metal progresivo.

Santiago Maqueda (21)
Estudiante de Derecho
santiagomaqueda@gmail.com