Amor 2009, A.D.

Por Justa Roca.

Los jóvenes ya no disfrutamos de “ponernos de novios”. El hecho de “salir” con alguien sin otro tipo de compromiso —aunque sea por un largo tiempo— parece ser mucho más conveniente: no requiere del tan tedioso proceso de conocer a los padres del otro, ni la obligación de estar también en los días difíciles, ni la condición de ser fieles, ni la preocupación de pensar en un futuro juntos… Es todo mucho más simple: nos vemos cuando queremos, hablamos cuando queremos, y cuando ya no tenemos ganas de hacerlo, no importa, todo se acaba sin ningún tipo de explicación.

Así, la vida de “pareja” se convierte en algo mucho más cómodo. No es necesario hablar horas eternas por teléfono, sino que conviene comunicarnos por chat o mensajes de texto. Un simple “¿salís hoy?” a las dos de la mañana implica un acercamiento de un valor mil veces superior al de cualquier otro tipo. La conquista ya es cosa del pasado; el “chamullo” hoy pasa por otro lado.

Nada de flores, cartas ni bombones: basta con invitar un trago. El cine, el teatro o las largas caminatas son considerados programas atípicos y aburridísimos: ¿para qué gastar tiempo y dinero si seguramente podemos coincidir en un boliche? Todo esto, sin considerar que el hecho de estar un rato solos en un lugar público puede ser un tanto pesado, así que mucho mejor estar siempre rodeado de miles de amigos y amigas —incluso capaz se “enganchan” entre ellos y podemos organizar salidas de a cuatro—.

Tenernos confianza no pasa por saber todo —o casi todo— del otro, sino en cosas mucho más sugestivas, como compartir una borrachera o tener conversaciones sobre temas subidos de tono. No es necesario que nos queramos, pues basta con que “lo pasemos muy bien juntos”. Ni hablar de pensar en casarnos o formar algún día una familia: para eso siempre habrá tiempo más adelante. No tiene ningún tipo de sentido preocuparnos ni ocuparnos, porque si el destino nos quiere juntos se las ingeniará para hacérnoslo saber.

¿Dónde ha quedado el romanticismo? ¿Acaso el amor está “pasado de moda”? ¿Será que la informalidad está invadiendo nuestras vidas? Sin duda ya nada es lo mismo que hace un par de años atrás, pero también es difícil hablar de pasado, presente y futuro cuando de sentimientos se trata.

Parecería que en la mayoría de los casos todo da lo mismo, y que ante la duda, lo más fácil es no involucrarse, pero no debe olvidarse que el sentir es lo más propio del ser humano, más allá de todo tiempo o lugar.

Lo cierto es que, aunque las relaciones “free” parezcan la manera más sana para no salir lastimado, en la práctica las cosas no han cambiado mucho: las chicas podemos pasar horas esperando con desesperación un mensaje de texto y hasta podemos derramar lágrimas porque el “maldito” se conectó y tuvo el descaro de no saludarnos; y a su vez, los chicos pueden morir de celos si ven que “su minita” está hablando con otro o pueden no dormir de preocupación si saben que ella anda sola por la noche…

¿Será que viviendo sin compromisos nos sentimos más libres, aunque, bien en el fondo, cada uno sepa que no puede vivir sin la otra persona? Así como en el juego, también es verdad que, en la vida, el que no arriesga, no gana. ¿Será que la vida nos parece tan larga como para estar enamorados a los 20?

Justa Roca
Estudiante de Derecho
22 años
jusroca@hotmail.com