Por María Florencia López.
Y la mariposa se dobla en carcajada observando el espectáculo secular de mí y mi ombligo.
Ya había espiado todas las flores,
y últimamente el tema de esos aromas le aburría.
Con poco que hacer entre tanta maleza desacomodada,
alzó vuelo hasta la parte más pulgar de mi pie derecho
y se acomodó sin prejuicio.
La cosquilla alterada me subió con cauce hasta por arriba de la espalda;
y con un movimiento feroz,
sagaz,
e indiferente,
le clausuré la libertad y el color;
chau carcajada,
chau mariposa.
María Florencia López
Estudiante de Comunicación Social
20 años
mflorencia_lopez@hotmail.com