Por Justa Roca.
Jaime Nubiola (Barcelona, 1953) es profesor de Filosofía del Lenguaje y de Metodología Filosófica en la Universidad de Navarra. Ha sido visiting scholar en las Universidades de Harvard, Glasgow y Stanford. Es autor de los libros “El compromiso esencialista de la lógica modal”, “Pensar en Libertad”, “El taller de la filosofía” y coautor de “Peirce y el mundo hispánico”. Ha escrito numerosos artículos sobre filosofía del lenguaje e historia de la filosofía analítica, metodología filosófica, filosofía americana y pragmatismo. Desde 1994 ha promovido en Navarra un Grupo de Estudios Peirceanos para impulsar el estudio de la obra de Charles S. Peirce. A su vez, colabora activamente en periódicos y revistas culturales de España y otros países. |
Hay momentos en los que uno se siente un privilegiado. Eso sentí en el mes de agosto cuando tuve la posibilidad de participar de una clase que tenía como orador principal al gran Jaime Nubiola, sabedor por donde se lo mire. Admirable. El Dr. Santiago Legarre destacó una característica de este señor español que, sin duda, debe haberlo ayudado a llegar al lugar donde se encuentra: la practicidad. Nubiola es en sí mismo práctico: al hablar, explicar, corregir e incluso al moverse. No desperdició el tiempo y en ningún momento se lo vio distraído. Fue conciso, pero dijo cosas maravillosas. Otra vez la paradoja del lenguaje confuso vuelve a caer ante la simpleza y lucidez de este hombre, en una sociedad dónde quienes deberían hablar de manera clara lo hacen, en la mayoría de los casos, en forma compleja.
Nubiola dijo algo que quiero incorporar a mi vida: la planificación. Cada 31 de diciembre, sentarse, meditar y establecer las metas para el nuevo año que empieza. No tiene requisito alguno, cada uno puede amoldarla a su realidad. Puede abarcar metas personales, laborales, deportivas o de cualquier otro rubro. Sólo importa quererlas realmente y convencerse de que vamos a emplear todos los medios dignos posibles para lograrlas. ¡Qué placer debe ser advertir que hemos cumplido con el plan!
Nubiola es incluso más drástico y contó que también tiene un plan no del año próximo solamente, sino de los siguientes quince. Sabe todo lo que quiere lograr hasta el día de jubilarse. Algo así como, entre otras cosas, escribir un libro por año (meta impensable para aprendientes como yo y tantos otros que me rodean). ¡Qué placer da saber que hay personas tan dedicadas, apasionadas y con tanto entusiasmo!
Entonces, en base a todo lo dicho, hoy me propuse planificar. Pero desgraciadamente (o quizá afortunadamente) todavía me cuesta hacerlo a corto plazo, así que, después de pensar un momento, me conformé, por ahora, con proponerme un plan para el resto de mi vida. Simplemente dos cosas: saber y ser buena persona. Prometo esforzarme por ello. Ojalá el tiempo me alcance.
Justa Roca (22)
Estudiante de derecho
jusroca@hotmail.com