Sed Contra 32

No es lo mismo escribir un trabajo de divulgación científica, un artículo periodístico, una carta de recomendación que un mensaje de WhatsApp a un amigo. Sin embargo, en idioma español, la escritura de todos estos ejemplos se rige por idénticas reglas: la Ortografía de la lengua española de la Real Academia.

Sin duda estas reglas nos resultan muy útiles para escribir un artículo periodístico o un trabajo de divulgación, pero ¿son igual de útiles para escribir un mensaje de WhatsApp? O en el mismo sentido, ¿nos sirven para entender un mensaje de WhatsApp con signos y emojis? Claramente no. El Internet y, con él, las herramientas digitales que tenemos para comunicarnos nos plantean nuevos elementos todos los días que no llegan a reflejarse en los manuales de ortografía.

Hace unos días, terminé de leer un libro que describe esta situación con una claridad que no había visto hasta ahora: Because Internet: Understanding the New Rules of Language (Riverhead Books, Nueva York, 2019) de Gretchen McCulloch. Si bien el libro está escrito en inglés y sobre el idioma inglés, gran parte de sus reflexiones son asimilables al español y diría que a cualquier idioma. Me gustaría compartir con ustedes algunas de estas reflexiones y comentarlas.

El libro parte de una idea que, luego de leerla, me pareció evidente: el Internet y los dispositivos móviles nos trajeron una explosión de escritura. Hasta hace no muchos años, las personas solo escribíamos en ciertas situaciones; pero hoy es difícil que encontremos una persona que no escriba al menos una vez al día. Por ejemplo, pienso en mi hermana de doce años y en mi abuela de setenta y tres años: las dos están todo el tiempo escribiendo mensajes por WhatsApp.

Claro que, como decía al principio, no es lo mismo escribir un artículo periodístico que un chat. Tal como lo señala Gretchen McCulloch, la escritura de nuestra vida cotidiana es informal, del mismo modo que lo son (¿eran?) nuestras llamadas telefónicas o las conversaciones en una mesa familiar. McCulloch hace una precisión a su primera idea: la explosión de la escritura es la explosión de la escritura informal.

La escritura informal tiende a asimilarse más a una conversación que a la escritura formal; por ello, muchas reglas de esta última no nos sirven en un chat. Pero tampoco las reglas de la conversación informal nos resultan del todo útiles para un chat. Por ejemplo, si decimos una ironía en una conversación presencial, podemos hacer una mueca para marcar que lo dicho es una ironía; pero cómo hacemos una mueca en un chat.

En este sentido, uno de los aspectos más interesantes del libro es el relevamiento que hace sobre las nuevas reglas del lenguaje que rigen en nuestras comunicaciones online. Les comparto solo tres, para que luego puedan leer el libro. Y ya me adelanto con la misma aclaración que hace McCulloch: el lenguaje cambia tan rápidamente en Internet que estas reglas pueden servir hoy, pero no mañana.

1. Las mayúsculas: CUANDO ESCRIBÍS UNA ORACIÓN TODA EN MAYÚSCULAS SUENA COMO SI ESTÁS GRITANDO. Pero como también nos enseña McCulloch, escribir toda una oración en mayúscula puede representar emociones. Por ejemplo, ES MI CUMPLEAÑOS parece señalar más alegría que “es mi cumpleaños” o TE EXTRAÑO parece señalar más congoja que “te extraño”. Del mismo modo, escribir palabras como MUY, NO y TODOS en mayúsculas también funciona como énfasis en plataformas en los que no es tan sencillo utilizar la negrita o la itálica.

2. El punto: en la escritura formal, el punto es la herramienta más eficaz que tenemos para delimitar enunciados y, en particular, para señalar el fin de ellos. En contraste, en la escritura de un chat, el punto prácticamente no existe: el fin del enunciado se marca con el envío del mensaje. Por si esto solo no fuera ya desconcertante, McCulloch nos señala que, en un contexto determinado, el punto final podría significar una respuesta pasivo-agresiva. Por ejemplo, “¿Te pasa algo? / No, estoy muy bien.”

3. La expresión de la risa: la expresión de la risa como respuesta a algo gracioso es una de las representaciones que más cambia en Internet. Según McCulloch, la risa real exige una representación que no se haya vuelto trivial por el uso excesivo. Por ello, el LOL (laugh out loud) fue remplazado por el jaja, al que cada vez le fuimos agregando más ja para expresar una risa real. En el estado actual que ya dimos un uso excesivo al jaja, incluso una muy expandida forma de esta expresión como jajajajajajajaja podría no representar una risa real. McCulloch nos dice que hoy una solución para expresar una risa real podría ser escribir que realmente uno se rió; por ejemplo: “escupí el agua que estaba tomando sobre el teclado por reírme”.

Todo lo dicho se aplica poco a Sed Contra. Si bien somos una revista digital, tendemos a seguir las reglas de la escritura formal en nuestras publicaciones. Sin embargo, muchas veces los usos de la escritura informal se filtraron. En principio esta situación no es necesariamente mala, siempre que sea esporádica. Pero imagínense lo fuera de lugar que hubiera quedado este mismo editorial si lo llenaba de emojis. Esta nueva realidad que describe McCulloch nos obliga a estar atentos no solo sobre lo que escribimos, sino también sobre dónde escribimos. Solo así evitaremos quedar ☆😂~fuera de lugar~😅☆.

Lucas Abal

1 de diciembre de 2020

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