La objetividad del arte

Por Felipe Rodolfo Hendriksen.

Detiene la ofensiva para ver un cuadro de Le Brun que siempre había admirado… aquel con Alejandro en la carpa de Darío. Las reinas, suplicantes, a sus pies. Los mestizos siervos, temerosos, llevándose las manos a la cabeza. A la izquierda está él, Magno, abiertas las manos, como pontificando vanamente o pidiendo perdón. El sentimiento que empapa la obra es de incredulidad. En todo ello, él ve un símbolo o una alegoría de lo que venía pasando y de lo que iba a pasar.

Satisfecho, deja Versalles: pronto tendrá que desfilar por los Campos Elíseos.

Felipe Rodolfo Hendriksen (24)

Estudiante de Letras en la Pontificia Universidad Católica Argentina

feli_globo@hotmail.com