Por Soledad D’Agostino.
Salado como el jamón, ¡pero realmente lo vale! Si te gusta comer bien y en abundancia, éste es tu lugar. Eso sí: pasate a principio de mes y con la billetera gordita para no quedarte lavando los platos…
En España, jamón es sinónimo de tradición. Ya los celtas adoraban al cerdo como animal sagrado. En El Museo del Jamón, el que se va a arrodillar ante los platos vas a ser vos. La atención está más allá de toda crítica: esta gente hace de la cocina y del servicio un arte de verdad.
En http://www.elmuseodeljamon.com.ar encontrás el menú completo. Para picadas magistrales, podés optar por jamones nacionales o españoles. Entre salchichones, chorizos y morcillas, vas a querer que la entrada dure para siempre. También podrías empezar con quesitos varios (de cualquier clase y color), matambres, aceitunas, salamines y boquerones (pececitos con los que se hacen las anchoas). Recomendaciones completísimas: la Gran Picada Museo y la Tabla Especial del Museo.
Si querés entradas propiamente dichas, las tapas de este restó son envidiadas hasta por los gallegos. En criollo, las tapas son como mini bocaditos previos a las comidas principales. Las sirven frías y calientes y de todo tipo, pero las de pulpo español se roban todos los aplausos. También hay entradas frías y calientes, si no querés innovar a la española. En mariscos, este lugar es insuperable: desde rabas hasta chipirones tenés mil opciones, y todas igual de buenas.
Ya cuando pensaste que estabas hecho, te das cuenta de que ni empezaste a comer. Para platos principales podés quedarte con los potentes omelettes, las inmensas tortillas, las coloridas ensaladas o las sopas españolas tradicionales y no vas a pasar hambre. Pero si te quedó lugar para encarar un buen plato principal, no dejes de mirar las opciones de pescados, aves, carnes, arroces y pastas. El salmón rosado a la plancha con salsa tártara o el pez espada con salsa de morrones son sólo un par tímido de recomendaciones entre un plantel VIP de opciones marinas. En aves y carnes, se destacan el conejo, el matambrito y el pollo salteado al estilo Bilbao. Las paellas son para sacarse el sombrero: la valenciana y el arroz con mariscos por encima del resto. Finalmente, si sos amante de la buena pasta, pedite unos Ravioles del Museo. Después me contás…
Antes de pedir la cuenta, los postres. Podés perder el tiempo leyendo las ofertas, pero si querés un broche de oro para tu comida, pedí sin miedo PANQUEQUES CON DULCE DE LECHE.
El Museo del Jamón sin duda es para una salida especial: podés llevar a tu familia o a tu pareja. Tus amigos te abandonarían en la puerta al mirar los precios. Acá podrías traerlo al rey de España y quedar como un señor, pero rezarías para que él pague la cuenta: estamos hablando de $70 por persona, aproximadamente. Si eso no te espantó, está abierto todos los días, mediodía y noche.
Dirección: Cerrito 8, esquina Rivadavia (4382-4144/7648)
Soledad D’Agostino (21)
Estudiante de Comunicación Social
soledagostino@fibertel.com.ar