Por Florencia Damm.
Al comenzar a bocetar mentalmente este ensayo, no se me ocurría otra idea que la clásica “la belleza interior es lo que importa”. Realizar un trabajo con un cuerpo trillado acerca de cuán importante es tener un alma limpia y bondadosa, puesto que el interior se refleja en el exterior y, al fin y al cabo, eso es lo que importa en la vida. No interesa lo físico —aparte de que la belleza exterior es indiscutiblemente subjetiva—, sino enriquecerse interiormente para alcanzar cierto parámetro de belleza; claro está, que ella puede ser tanto innata como adquirida a lo largo del tiempo. De esta manera, escribiría el ensayo desde el punto de vista más banal, desde el punto de vista de la sociedad —quien siempre le dio tan poca importancia a un tema como el de la belleza—.
Pero en realidad, hoy en día el tema es para preocuparse. Al vivir en una época donde la publicidad y el consumismo parecen ser lo más importante, el concepto de belleza toma un papel protagónico. Es cierto que la belleza interior debiera ser lo buscado y lo físico dejado como secundario, pero lamentablemente no es así. La noción de belleza ha sido tergiversada hasta el punto de considerarse lo material por encima del pensamiento de un modo exponencial, siendo lo físico elemento fundacional de cualquier relación amorosa. No puede negarse que hoy en día para entablar una relación la atracción física es primordial. No hay que caer en errores: lo físico importa, la belleza exterior existe y se debe al simple hecho de tener el sentido de la vista, pero esto no debiera ser la belleza, sino, quizás, una parte que se suma a ella, un adicional.
Al observar la nueva cultura, donde es más preocupante verse bien que cultivar una personalidad respetable, no tendría que sorprendernos, aunque sí alarmarnos, que se desarrollará a la par del crecimiento de la nueva cultura carente de valores. Todo este proceso está dando paso a una sociedad superflua, con un real y agravante hecho: una persona considerada linda según el estereotipo de moda tiene mejores posibilidades ante los ojos mundanos. A esto, hay que sumarle los clásicos problemas que acarrean este tipo de sociedades —que por ser clásicos no dejan de ser sumamente importantes—, tales como los desórdenes alimenticios, baja autoestima y sobreexigencia en conseguir un cuerpo que se ajuste al parámetro. Aquí, la belleza exterior deja de ser tan subjetiva para dar paso a los modelos a seguir.
La novela Marianela plasma muy bien estos conceptos. No de forma tan figurativa, puesto que es un libro viejo —en comparación con el avance que realizó la cultura desde su publicación— y la sociedad no presentaba aún estos rasgos tan marcados, sino que aún estaban desarrollándose. La Nela era una chica muy fea, ignorante, huérfana y pobre que vivía en condiciones precarias debido a la falta de cariño. Pero a pesar de ello, tenía incorporados —ciertamente innatos, ya que no concibo de dónde podría haberlos aprendido— valores excepcionales. Tal es así que Pablo, ciego de nacimiento, se enamora de ella y le promete una vida juntos.
Es importante hacer hincapié en el hecho de que era ciego: los parámetros de belleza no podían influenciar su pensamiento, aunque sí la enseñanza de la gente que lo rodeaba y, como dije anteriormente, existe cierto objetivismo en qué es belleza interior. Al no poder conocer el mundo exterior, para Pablo no había mayor belleza que la de Nela, y podría decirse que estaba en lo cierto cuando decía que lo que él tenía era un don: el don de diferenciar la belleza en abstracto y de no dejarse seducir por trivialidades como la materia; al final, si alguien es bello por fuera pero denota fealdad por dentro, lo único que capta el ciego es la falta de virtud, algo no tan fácil de abstraer hoy en día, donde lo físico es tan o más importante que lo otro.
Al adquirir Pablo el sentido de la vista, puede verse cómo es conceptualizada la belleza. Lo primero que ve es una mujer hermosa e, inmediatamente, la confunde con la Nela —a quien había tomado como estereotipo de belleza absoluta, poseedora de un alma admirable—. Aquí puede notarse cómo se funden el concepto de belleza interior y exterior en uno solo, pero de un modo casi cruel. Uno intenta figurarse a una persona de estas características y automáticamente le atribuye belleza exterior. No debiera ser así, de manera tan encasilladora. Al final, da la sensación de que es lo mismo si se es bueno o no mientras uno sea lindo: la existencia se desenvuelve de un modo más confortable y fácil. De todas maneras, no sabemos qué hubiese pasado si Florentina, esposa y prima de Pablo, no hubiese sido la mujer bondadosa y caritativa que era, es decir, si Pablo hubiese continuado con la idea de casarse con ella nublado por su hermosura, dejando a la pobre Nela librada a su destino por no ser bella. Igualmente, a los efectos de este ensayo, la confusión en sí es lo que importa.
Pablo no tuvo nunca ningún medio de comparación para poder determinar que Florentina era bella. Pero de todos modos, fue inculcado con la enseñanza de que la belleza que realmente importa es la exterior. Así es que cada vez que mencionaba la belleza innata en Nela, su familia lo contradecía haciendo burla de ello: Nela no era bella por fuera. Al ser ciego, él no podía entender cómo no podía serlo, estando completamente convencido de ello. A través de Pablo, queda demostrando que el hombre se inclina instintivamente hacia lo físico.
Para agregar énfasis al tema, la mujer fea es presentada como alguien pobre, huérfana, poco querida y mimada, vestida con harapos e ignorante. En cambio, la mujer hermosa es presentada como poseedora de grandes riquezas patrimoniales y atributos físicos. No es una comparación para ser dejada de lado. Presenta los rasgos de la sociedad ya expuestos previamente: la belleza exterior provee mejores oportunidades.
Aunque presentada de un modo coloquial, la trama del libro esconde los rasgos de las sociedades modernas: sociedades en las que la belleza interior está muerta y hablar acerca de ello se asemeja a contar historias infantiles.
Florencia Damm (21)
Estudiante de Derecho
florenciadamm91@hotmail.com